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Cómo agradecer a Dios

  • Foto del escritor: Hermón
    Hermón
  • 12 may 2020
  • 2 Min. de lectura

“El saber que ustedes están firmes en el Señor, nos reaviva. ¿Cómo podremos dar suficientes gracias a nuestro Dios por ustedes y por el mucho gozo que a causa de ustedes tenemos delante de él? (1ª Tesalonicenses 3:8-9 DHH).


¿Alguna vez ha estado en una situación en la que sintió que un simple "gracias" no era suficiente para expresar lo agradecido que realmente se sentía? Tal vez alguien le devolvió su cartera perdida, lo asesoró y lo ayudó a cambiar su vida, o salvó la vida de un ser querido. Sientes un desbordamiento de gratitud y deseas poder pagarlos.

Así se sintió Pablo cuando recibió un informe alentador de Timoteo sobre la fe de la iglesia en Tesalónica. Pablo estaba tan conmovido por su fe que plantea una pregunta con la que muchos de nosotros luchamos:

¿Cómo podemos agradecer lo suficiente a Dios por la alegría que nos da (1 Tesalonicenses 3: 9)?

Pablo respondió a su pregunta antes de formularla: continuar en la fe, siguiendo a Jesús lo mejor que podamos. Pablo había dirigido y enseñado a las personas en la iglesia de Tesalónica, y fue por su fe que se sintió muy animado y rebosante de alegría incluso en medio de la angustia ( 1 Tesalonicenses 3: 7-9 ).


La iglesia de Tesalónica mostró su gratitud a Pablo al poner en práctica su fe y la sabiduría que les enseñó.

No podemos pagar a Dios por lo que Él da, pero podemos glorificarlo por cómo vivimos. Podemos mostrar gratitud a Jesús y a las personas que han invertido en nosotros, manteniéndonos firmes en nuestros paseos con Jesús, siguiéndolo lo mejor que podamos y poniendo en práctica la sabiduría todos los días.

Recuerde que Dios no quiere algo de nosotros, ¡Él quiere algo para nosotros! Las bendiciones que recibimos de Dios y de otros no son deudas que pagar, sino un recordatorio de la gracia de Dios.

Ser cristiano no nos exime del desafío. De hecho, Jesús nos dijo que tendríamos problemas en este mundo. Sin embargo, a menudo estamos enojados y sorprendidos cuando encontramos dificultades. Solo recuerde, tenemos la victoria final debido al sacrificio de Jesús en la cruz. Por esta razón, podemos dar gracias a pesar de las luchas.




 
 
 

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