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EL GOZO EN LAS PRUEBAS

  • Foto del escritor: Hermón
    Hermón
  • 23 ene 2020
  • 3 Min. de lectura

Hermanos míos, alégrense cuando tengan que enfrentar diversas dificultades. Ustedes ya saben que así se pone a prueba su fe, y eso los hará más pacientes. Ahora bien, la paciencia debe alcanzar la meta de hacerlos completamente maduros y mantenerlos sin defecto. (Santiago 1.2-4) Cuando estamos en medio de una prueba, cuando el dolor o la angustia nos golpean, es importante tener un entendimiento cabal de lo que nos está sucediendo. Será además muy sano para nuestras mente y espíritu poder tener una mirada espiritual de las cosas y entender los procesos “espirituales” que se desarrollan en medio de nuestros conflictos. Santiago conocía bien los acontecimientos que les estaban sucediendo a sus destinatarios y los veía como una prueba para la fe de ellos. Es por este conocimiento que él tenía de sus propias carencias, enfermedades, maltrato, descrédito y tantas cosas más, que él pudo aconsejarles como pastor y revelarles muy claramente cuál era el objetivo de pruebas en sus vidas, y les pudo también hablar del gozo en medio de la aflicción. No que la angustia y el dolor en sí mismos les generaren gozo, sino que los resultados de estas pruebas que atravesaban, les podían llevar gozo a sus vidas. Al escribirles, él tenía muy presente que Dios esperaba que esos conflictos los llevaran a crecer en madurez espiritual. Ese era entonces el objetivo al que apuntaban las pruebas en sus vidas. Y ese es también el objetivo de las nuestras. Más adelante Santiago dice en el versículo 12 que bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la recompensa. Se entiende muy bien que nadie estará contento con el sufrimiento, que a nadie le gustan el dolor, las lágrimas, o la angustia. Los cristianos no somos masoquistas. El tema aquí es la meta, ya que, siendo cristianos, tenemos la mirada en algo que humanamente no se percibe, ni aprecia y para peor, que el mundo no entiende. ¿Cuál es la meta? Crecer (Efesios 4:13) La prueba entonces es solo un medio que Dios utiliza a fin de brindarnos la posibilidad de lograr ese objetivo. Por eso Él consiente en que ésta llegue a nuestra vida, y por eso normalmente no la quita aun cuando se lo pidamos, y aún, al vernos sufrir. Y esto es así porque Él tiene una expectativa, que ella produzca en nosotros el “perfecto resultado” (Santiago 1:4). Este fruto espiritual, el cual es tratado por Pablo en Gálatas 5.22, y que debe madurar, es la paciencia, y también el gozo en medio de las pruebas. Cuando éstos se desarrollen y maduren, entonces también nos llegará la madurez espiritual que es deseable que tengamos. Por eso Pablo se gozaba en las tribulaciones (ver Romanos 5.3; 2 Corintios 4. 7-9; 7.4; 12.10). No era que estaba loco. Sabía bien lo que estaba sucediendo y lo tomaba como un honor, como un desafío. Como algo que se podía superar y/o vencer. Por eso su fe no menguaba. Algo que verdaderamente necesitamos saber es que nuestro sufrimiento también tiene un propósito que va más allá de nuestra propia vida, aunque ahora mismo no lo entendamos. Así que, no pierdas de vista el objetivo. Sigue adelante, ten fe. No desvíes tu mirada del Señor, ya que junto a Él es posible superar cualquier obstáculo.




 
 
 

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