Encerrados por la tradición
- Hermón
- 10 sept 2020
- 2 Min. de lectura
“Pero algunos creyentes de la secta de los fariseos, que estaban allí, se opusieron a ellos y dijeron: «Es necesario circuncidarlos, y mandarles que cumplan con la ley de Moisés.”
(Hechos 15:5 RVC)
Las tradiciones pueden ser buenas. A menudo pueden recordarnos de dónde venimos o ayudarnos a enfocarnos en Jesús durante nuestros servicios de la iglesia. Desafortunadamente, también pueden ser una gran causa de problemas y confusión en la iglesia. Las iglesias se han dividido porque un grupo no abandona una tradición, mientras que el otro no ve la necesidad de hacerlo.
¿Por qué las iglesias se dividen por las tradiciones? Sucede cuando mantenemos una tradición como un mandamiento de Dios que no se puede cambiar. Todo debería haber cambiado para los seguidores de Jesús. El Espíritu había llegado y les había dado una nueva perspectiva. Sin embargo, algunos continuaron sujetos a las viejas costumbres.
Una y otra vez, el Espíritu reveló nuevas dimensiones que Dios había preparado para los creyentes: una vida más allá de los límites de la carne. Ya no iban a sentirse encerrados en las tradiciones, sino liberados para vivir una fe dinámica.
Pero algunos se negaron a cambiar. Las viejas costumbres estaban tan profundamente arraigadas que resistieron la obra liberadora del Espíritu de Dios. Estaban sujetos a tradiciones e interpretaciones pasadas de leyes.
Mucha gente hoy tiene limitaciones similares. El mismo Espíritu Santo está presente y disponible para nosotros. La Biblia proporciona numerosos ejemplos de las formas en que Él puede impactar nuestras vidas. Pero para experimentar la plenitud del Espíritu, no podemos permitir que los límites de la carne pongan un dominio absoluto sobre nuestra fe.
Debemos estar siempre arraigados en la Palabra inmutable de Dios, para que podamos seguir la dirección del Espíritu. Debemos pedirle a Dios que nos abra los ojos y nos enseñe sus caminos.
Mientras nos aferramos a nuestras tradiciones por encima de cualquier otra cosa, no estamos honrando a Dios con nuestro corazón. En realidad, lo estamos honrando solo con nuestros labios. ¿Hay cosas por las que juzgas a otros que no son mandamientos de Dios? Puede ser lo que la gente usa para ir a la iglesia, la versión de la Biblia que se enseña, o tal vez la música que toca una iglesia.
Oración: Padre dejo a un lado mis propios pensamientos. Muéstrame si estoy atrapado en viejos hábitos que limitan Tu Espíritu. Enséñame tus caminos. En el nombre de Jesús, amén.

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