Nosotros como creyentes somos los comisionados por el Señor para ir hasta los confines de la tierra. Hoy debemos poseer una pasión ardiente, una convicción firme que Dios nos ha llamado a predicar este evangelio por todas las naciones. Es importante comprender que cada uno de nosotros hemos sido comisionados por el Señor para hacer este trabajo. La labor del evangelismo no es solo para unos pocos, ¡es para todos!
El poder del Espíritu Santo dado a los discípulos era con el propósito de ser testigos a las naciones, ¡era para capacitarlos y así poder cumplir la misión de Jesús! Ellos iban a llenar el mundo entero con el mensaje de Jesucristo, desde la ciudad de Jerusalén, hasta los confines de la tierra. El Espíritu Santo los iba a apoderar para hacer el trabajo con éxito y fruto. La gran comisión en Mateo 24:14 se iba hacer una realidad, “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” El programa del Señor era una evangelización mundial.
Los discípulos no solo tenían la comisión de alcanzar su Jerusalén, ¡ellos tenían que extenderse al más allá! Su campo era el mundo entero, no solo el judío… pero también los gentiles. Al Apóstol Pablo se le dio esta comisión en Hechos 13:47, “Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.” La salvación no solo era para una raza, o grupo étnico en especial, ¡La misión de la iglesia era para toda la humanidad, y todos los pueblos!
Este mismo desafío es para nosotros que somos parte de la iglesia del Señor. No podemos conformarnos y estar satisfechos con solo alcanzar a la gente cercana a nosotros como amigos, familiares, y vecinos, ¡No esto, debe ser solo el comienzo! ¡Tenemos que salir de nuestra zona de confort y extendernos hasta los fines de la tierra! Nosotros somos los testigos escogidos por el Espíritu Santo para esta tarea. Tenemos ordenes de lo alto de impactar las naciones para Cristo. El llamado es para ser testigos, es tiempo que nos levantemos y tomemos el reto de obedecer la gran comisión. Si nosotros no lo hacemos, ¿quién lo hará? ¿quién responderá al llamado de testigos de la verdad? Un verdadero testigo estará dispuesto a dar su propia vida si fuera necesario
Preguntas de reflexión ¿Cuál es el propósito de que El Señor derrame su Espíritu en nosotros? ¿Para quién es el plan de salvación? ¿Qué debemos hacer para alcanzar la comisión que se nos ha entregado?
BIBLIA EN UN AÑO
Mayo 26: 1Cró 28-29; Juan 9:24-41
Mayo 27: 2Cró 1-3; Juan 10:1-23
Mayo 28: 2Cró 4-6; Juan 10:24-42
Mayo 29: 2Cró 7-9; Juan 11:1-29
Mayo 30: 2Cró 10-12; Juan 11:30-57
Mayo 31: 2Cró 13-14; Juan 12:1-26
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Jun 1: 2Cró 15-16; Juan 12:27-50
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