Novia de Cristo
- Hermón
- 23 mar 2020
- 2 Min. de lectura
“Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado. A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más alta calidad. Pues el lino de la más alta calidad representa las buenas acciones del pueblo santo de Dios. ”
(Apocalipsis 19:7-8 NTV).
Cada cultura le da un lugar especial a las bodas. Son celebraciones de belleza y vida. Declaran no solo el amor entre un hombre y una mujer, sino también la esperanza de la comunidad para el futuro. Se invierte mucho tiempo y esfuerzo en la planificación y los preparativos. La familia y los amigos viajan desde grandes distancias para celebrar con la pareja. Las novias se ponen tan radiantes como sea posible para el día de la celebración.
¿Es de extrañar que la iglesia sea descrita como la novia de Cristo? La iglesia se está preparando para el regreso de Jesús, quien vendrá a reclamar a su novia y se unirá a ella para siempre. La novia, vestida con un hermoso lino brillante tejido de obras de obediencia y amor, se ha preparado para la celebración más grande de la historia. ¡Qué gloriosa imagen de la iglesia de Cristo triunfante!
La sala está llena de luces con anticipación. El grito de los invitados es tan poderoso que imita los sonidos de una tormenta que se estrella en las montañas. ¡La celebración ha llegado! Los invitados han llegado! La radiante novia se adelanta para saludar a su esposo.
Las personas que comparten la comunión con Cristo son las que conocen la alegría de esta esperanza viva. Los seguidores de Cristo saben que aunque el reino de Dios aún no ha llegado completamente, ese día llegará y formarán parte de un futuro glorioso. Hasta entonces, se les ha dado las primicias del Espíritu para que los acompañen en momentos de tristeza y dolor. Incluso cuando no saben qué orar o sus oraciones parecen no escucharse, saben que el Espíritu mismo intercederá por ellos. No hay mayor consuelo que saber que pertenecemos tanto en la vida como en la muerte a nuestro fiel Salvador Jesucristo.
La imagen de Cristo regresando por su novia es tan hermosa que nos lleva a adorar. Aún más sorprendente es que esta visión se trata de nosotros. Aquellos que siguen a Cristo, que lo aman y le sirven, a quien ha redimido: ¡somos la iglesia, la novia de Cristo!
Señor Jesús, prepáranos para el día de tu regreso. Tu novia se está preparando para el día de su boda. ¡Ven Señor Jesús, ven pronto!

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