Nuevas misericordias cada mañana
- Hermón
- 11 jul 2020
- 2 Min. de lectura
“¡El fiel amor del Señor nunca se acaba!
Sus misericordias jamás terminan.
Grande es su fidelidad;
sus misericordias son nuevas cada mañana.”
(Lamentaciones 3:22-23 NTV).
Lamentaciones no es una lectura alegre. Es una colección de gritos desesperados desde el fondo de un pozo. El autor lamenta el sufrimiento del pueblo de Dios durante su tiempo de cautiverio, lo que los dejó atrapados en la miseria durante años.
Pero en el medio del libro, una luz brillante brilla a través de la oscuridad, mientras el escritor llorón levanta la cabeza y proclama la esperanza en el Dios del amor y la compasión, somos testigos de la progresión de un alma amarga y abatida a un guerrero recto y resuelto que se niega a ser consumido por los problemas de la vida.
¿Qué significa todo esto para las cargas de hoy? Primero significa que no debemos desanimarnos por aquello por lo que pasemos durante el día. Muchos días nos dejan rotos, golpeados. Esta bien. Hay suficiente misericordia para ese día. Habrá más por la mañana. Fija tus ojos en Jesús, y pon tus cargas sobre él, nuevamente (1 Pedro 5:6–7). Él puede manejarlas mejor.
Segundo, no podemos confiar en las misericordias de ayer para las cargas de hoy. Ve a Jesús de nuevo cada día. Acuda a la palabra de Dios en oración todos los días y pídale que lo ayude a ver maravillas y promesas que hacen cantar a su corazón.
Las relaciones requieren trabajo y capacitación constantes. Pídale que le muestre más de sí mismo y suplique por él la gracia nueva y única que necesita hoy.
Por último, no podemos matar la ansiedad, la desesperación o el miedo con listas de tareas bien escritas y horarios bien planificados. Más bien, en todas nuestras circunstancias, sería bueno que prestáramos atención a las palabras de Pablo teniendo en cuenta las misericordias de la nueva mañana:
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender...” (Fil 4: 6–7)
Dios está con nosotros a través de Cristo y, por el Espíritu, sus promesas de nuevas misericordias son tan reales y confiables hoy como lo fueron ayer. Entonces, vayamos a él con frecuencia, expresemos nuestras preocupaciones honestamente y confiemos en él por la paz que supera con creces nuestra comprensión limitada y que guarda nuestros corazones y mentes en Cristo Jesús.
Descansa bien esta noche y mañana por la mañana en Jesús.

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