PASIÓN POR SERVIR A DIOS 2 Corintios 11.22-31
- Hermón
- 23 mar 2019
- 2 Min. de lectura
En el pasaje de hoy, la descripción que hace Pablo de su sufrimiento es notable en dos sentidos. Primero, había enfrentado un tormento considerable por su fe. Segundo, se negó a quejarse o a buscar compasión, si todo eso era el precio por servir con pasión a Cristo. El apóstol da cuenta de sus trabajos y sufrimientos; no por orgullo o por vanagloria, sino para la honra de Dios, que le permitió hacer y sufrir tanto por la causa de Cristo. Nos asombra a reflexionar sobre esta cuenta de sus peligros, dificultades y sufrimientos, y observar la paciencia, la perseverancia, la diligencia, la alegría, y la utilidad, en medio de todas estas pruebas. Aquí podemos estudiar la paciencia, el coraje y la confianza firme en Dios y aprender a pensar menos en nosotros mismos y mas en servir a Dios con pasión.
3 principios del servicio a Dios.
Servimos de acuerdo con la voluntad de Dios, no la nuestra. En el camino de Damasco, Jesús le dijo a Pablo: “Se te dirá lo que debes hacer” (Hch 9.6). Debemos buscar la dirección y el tiempo del Señor, en vez de elegir el ministerio que nos parezca mejor. Dedicarse a hacer lo que Él pide requiere valentía; cualquier cosa menos equivale a limitar nuestra obediencia.
Servimos conforme a nuestros dones, no a nuestras habilidades innatas. Un don espiritual es el regalo especial que Dios nos da para servirle. Las habilidades pueden ser útiles en su obra, pero sus dones nos equipan para el éxito. No fue su habilidad innata lo que hizo de Pablo un predicador efectivo. De hecho, habló de la inutilidad de sus habilidades y de su formación, en comparación con el conocimiento de Cristo y de su servicio a Él (Fil 3.4-9).
Debemos servir enfocándonos en Dios, no en el trabajo. Pablo se destacaba por mantenerse centrado en Cristo, pero aquí es donde muchas personas fallan. Somos atrapados por las responsabilidades y los elogios, que pueden hacernos perder de vista el verdadero objetivo: alcanzar a los desvalidos y a los que necesitan a Cristo.
Hacer el “trabajo de iglesia” puede agradar al ego, pero agota al cuerpo. Si nos mantenemos enfocados y servimos con nuestros dones, el servicio será satisfactorio, aunque sea difícil o doloroso.
¿Como puedes saber que estas sirviendo de acuerdo a la voluntad de Dios? ¿Cuáles son tus dones y cuales tus habilidades? ¿Cómo podemos permanecer enfocados en Dios en medio del trabajo de la iglesia?
BIBLIA EN UN AÑO
Mar 24: Jos 16-18; Luc 2:1-24
Mar 25: Jos 19-21; Luc 2:25-52
Mar 26: Jos 22-24; Luc 3
Mar 27: Jue 1-3; Luc 4:1-30
Mar 28: Jue 4-6; Luc 4:31-44
Mar 29: Jue 7-8; Luc 5:1-16
Mar 30: Jue 9-10; Luc 5:17-39

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