top of page
Buscar

Prioridades de la alimentación espiritual

Foto del escritor: HermónHermón

“Enseña estas cosas a los hermanos, y serás un buen servidor de Cristo Jesús, un servidor alimentado con las palabras de la fe y de la buena enseñanza que has seguido.”

(1 Timoteo 4:6 DHH)


Nadie puede negar la importancia de la nutrición. Nuestro nivel de energía, nuestra capacidad para hacer frente a los desafíos de la vida e incluso nuestra actitud mental están directamente relacionados con la ingesta de los alimentos adecuados que se consumen con regularidad y en cantidades adecuadas. Es un hecho irrefutable el que "una salud óptima requiere una nutrición óptima".


Lo mismo es cierto espiritualmente hablando. Sin una nutrición suficiente y regular, nuestra vida interior comienza a sufrir las consecuencias. Nuestras almas anhelan ser alimentadas, nutridas de forma regular. Cuando no reservamos un tiempo para absorber alimentos espirituales saludables, no pasa mucho tiempo antes de que las consecuencias aparezcan y no es un espectáculo agradable. Comenzamos a operar en la carne en lugar de estar bajo el control del Espíritu de Dios. Nos volvemos superficiales y egoístas, más exigentes y menos amables, rápidos para reaccionar con impaciencia, imprudencia, enojo. Todos estos son signos de desnutrición interna.


Durante los próximos momentos, pensemos en lo que se necesita para mantener un nivel saludable de nutrición espiritual.


1. Necesitamos una dieta regular de la Palabra de Dios. Así como debemos comer todos los días, también debemos tomarnos el tiempo para leer las Escrituras todos los días. Nuestras almas deben "alimentarse de las palabras de la fe y de la buena enseñanza”.


2. Necesitamos orar con regularidad. Al leer la Biblia, Dios nos habla; en la oración le hablamos a Dios. La oración nos ayuda a realinear nuestra vida al tiempo y la dirección del Señor. También traslada la carga de nuestros hombros a la de Él. David escribió: "Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme" (Salmo 55:22).


3. Necesitamos tiempo para meditar en las cosas de Dios. Estos momentos de tranquilidad calman nuestros nervios, aclaran nuestro pensamiento y nos permiten reenfocarnos. El Señor le indicó al respecto a Josue: "medita en él de día y de noche" (Josué 1:8). Trágicamente, la meditación es un arte perdido del siglo XXI. ¡Cuán pocos realmente se toman el tiempo para dejar de luchar y saber que Él es Dios! (Salmo 46:10).


Este es el camino hacia una fe muscular incluso durante las pruebas, especialmente durante las pruebas.




9 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Post: Blog2_Post
bottom of page