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¿Sincero o insincero?

  • Foto del escritor: Hermón
    Hermón
  • 13 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

“Dile a todo el pueblo de la tierra, y también a los sacerdotes: “Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban en los meses quinto y séptimo de los últimos setenta años, ¿realmente ayunaban por mí? Y, cuando ustedes comen y beben, ¿acaso no lo hacen para sí mismos?” (Zacarías 7:5-6 NVI).


Como exiliados en Babilonia, los judíos enfrentaron problemas abrumadores. En esta situación aparentemente desesperada, algunos buscaron a Dios. Algunos incluso se dedicaron al ayuno. Parecían ser sinceros, pero Dios conocía sus corazones y su verdadera motivación. Sabía que realmente solo buscaban complacerse y recibir elogios de los demás.

Dios quería que supieran que no lo estaban engañando. Sabía que realmente no les importaba Él ni Su Reino. Realmente no deseaban pureza ni deseaban obedecerle. Simplemente estaban haciendo los movimientos y parecían ser religiosos. Dios no honraría sus acciones superficiales e hipócritas. Quería sinceridad, corazones qubrantados y vidas que realmente se preocuparan por él.

Él quería que la gente se comprometiera por hacer lo correcto y poner su fe en acción. Personas que demostraran su fe, que "Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión", que "no opriman.. no maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros (vs. 9-10).


La Biblia deja en claro que Dios mira más allá de nuestras acciones. De hecho, Él mira profundamente en nuestros corazones para ver nuestra verdadera motivación y verdaderas prioridades. No le conmueven las personas que se dedican a actividades religiosas solo para impresionar a otros o parecer espirituales. Él quiere personas que realmente lo amen de corazón puro.

En tu vida, comprométete a buscar a Dios. La comunión con él. Conoce Su Palabra y ponla en práctica. No se contente con cristianismo superficial o actividades religiosas. Comprometase por Dios y su reino.

Oración Padre, examina mi corazón. Elimina cualquier hipocresía. Purifica mi mente y mi corazón. Te dedico mi vida. Deseo complacerte. En el nombre de Jesus. Amén.

Lectura extendida Zacarías 7




 
 
 

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