“—No puedes ir tú solo a luchar contra ese filisteo —contestó Saúl—, porque aún eres muy joven; en cambio, él ha sido hombre de guerra desde su juventud…
David contestó: —El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de las manos de este filisteo.
Entonces Saúl le dijo: —Anda, pues, y que el Señor te acompañe..”
(1 Samuel 17:33-36 DHH)
Los israelitas estaban en guerra con los filisteos. Día tras día, los israelitas escucharon las burlas del gigante de 2.9 metros de altura llamado Goliat. Se burló de las filas de Israel y desafió al Dios de Israel. Saúl y los israelitas estaban aterrorizados, sin saber cómo vencerían. Dada esta situación, ¿Qué tipo de niño se acerca a un gigante con solo unas pocas piedras de río? Podemos aprender y aplicar varios de los principios de David al enfrentarnos a nuestros propios gigantes.
1. Cuente los poderosos actos de Dios (1 Samuel 17:34-36). Cuando David se enfrenta al desafío de adelantar al gigante, relata los poderosos actos de Dios. Se recuerda a sí mismo y a los demás que Dios lo liberó de las garras del león y el oso. Cuando recordamos cómo Dios nos ha sido fiel en el pasado, nuestra fe se fortalece. Deshazte de la memoria a corto plazo.
2. No uses la armadura de otra persona (1 Samuel 17:38-39). Mientras David se probaba la armadura de Saúl, buscó a tientas. La armadura de Saúl no encajaba. Debemos pelear nuestras batallas con nuestra propia armadura. Dios siempre nos equipará para la tarea, pero será exclusivo de los dones y el llamado que tiene para nosotros individualmente.
3. Ignore la crítica (1 Samuel 17:33, 42-45). Saúl y Goliat le dijeron a David que él era "solo un niño". Tuvo que superar este pensamiento negativo. Satanás tratará de decirte que eres demasiado débil, demasiado insignificante y demasiado ineficaz. El enemigo de tu alma no quiere que avances. Reconozca esto e ignore sus mentiras escuchando la Palabra de Dios.
4. Camine en fe (1 Samuel 17:45-46). Al igual que lo hizo David, tenemos que enfrentarnos a nuestro gigante y anunciar nuestra victoria. Caminar en fe no solo requiere coraje, requiere conocer a Aquel que es fiel. “El que los llama es fiel, y cumplirá todo esto.” (1 Tesalonicenses 5:24). ¡Se puede confiar en él!
5. Deje salir la palabra (1 Samuel 17:46-47). ¿Cuál fue uno de los resultados previstos de la victoria de David? Era para dar a conocer “que hay un Dios en Israel” En tu situación, ¿Cuál es tu objetivo? ¿Es en última instancia la promoción del reino de Dios? Que Su nombre sea exaltado a través de tu situación y que esa sea tu principal prioridad.
Cuando nos enfrentamos a nuevos riesgos, es fácil retroceder con miedo en lugar de ver las nuevas oportunidades. La vida es una aventura. Emocionarse. ¡Él tiene grandes cosas para ti!
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