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Un remedio para la anemia

Foto del escritor: HermónHermón

“Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.”

(1ª Juan 1:7 DHH)


Varias personas padecen anemia cada año. Es una condición que ocurre cuando nuestro cuerpo carece de glóbulos rojos sanos que ayudan a transportar oxígeno al resto de los tejidos de nuestro cuerpo.


La anemia puede variar de leve a grave y puede ser una afección a corto o largo plazo. Quienes la padecen a menudo se sentirán cansados y débiles, pero la afección generalmente se puede remediar comiendo alimentos ricos en hierro.


No solo somos susceptibles de adquirir anemia en nuestro cuerpo físico debido a una dieta deficiente, también podemos sufrir de anemia espiritual por una dieta espiritual deficiente.


He experimentado la “anemia espiritual” en mi propio caminar con Dios y he aprendido a reconocer los síntomas. Demasiado cansado para orar y leer la Palabra. Falta de apetito por las cosas de Dios.. Todos estos factores contribuyen a empeorar los síntomas.


Así como nuestros cuerpos físicos necesitan tener sangre rica en hierro para mantenernos funcionando a un nivel óptimo de salud y vitalidad, necesitamos la sangre de Jesús bombeando por nuestras venas espirituales. La sangre de Jesús nos desintoxica de los efectos del pecado.


La digestión diaria de la Palabra de Dios también ayudará a prevenir la “anemia espiritual”. La palabra de Dios es el pan de vida. Jesús mismo declaró: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Su Palabra enriquecerá nuestras vidas y fortalecerá nuestra fe. Si absorbemos Su Palabra y permitimos que entre en nuestros corazones y mentes, produciremos buenos frutos. Sin él, nos consumiremos, nos volveremos lentos y letárgicos para el Reino. Se producirán pensamientos y acciones negativas, que nos robarán nuestra paz y alegría.


Para luchar contra la “Anemia espiritual” necesitamos nuestra dosis diaria de Vitamina C (Cristo). Un caminar diario con Él en oración mantendrá la infección y los efectos del pecado fuera de nuestras vidas.


A través de la oración cultivemos el Fruto del Espíritu que asegurará un caminar saludable con el Señor, dándonos la fuerza para ayudar a otros que necesitan del Médico.


Superemos nuestra anemia espiritual implementando un estilo de vida más disciplinado, esperando pacientemente que el Señor nos dé la fuerza que necesitamos. Isaías 40:31.




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